En el mes de enero celebramos el mes de la Sagrada Familia. Un tiempo para la contemplación del misterio de Nazaret, pero sobre todo para vivir el espíritu de familia que vivieron Jesús, María y José en su vida cotidiana de trabajo, amor y oración.
En un curso en el que deseamos vivir nuestras relaciones como Famillia Sa-Fa “desde la ternura”, no podemos encontrar mejor referente que la Sagrada Familia. Miramos a Nazaret donde Jesús “crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría y el favor de Dios lo acompañaba” (Lc. 2,40).
La fiesta de la Sagrada Familia y la Iglesia nos invita a mirar al Niño Jesús, María y José, quienes desde un principio tuvieron que enfrentar peligros y el exilio a Egipto, pero demostrando que siempre el amor puede más que la muerte. Ellos son reflejo de la Trinidad y modelo de toda familia.
Diego Reyes