“LA FELICIDAD NO DEPENDE DEL TAMAÑO DE LA CASA, SINO DEL AMOR QUE HAY EN FAMILIA”
La comunicación en familia debe basarse en la confianza y no en la sospecha. Todos debemos saber actuar con empatía, lo que significa ponerse en lugar del otro tanto en el caso de los padres como de los hijos. Y en base a esa confianza familiar y a esa empatía, es lógico que cada uno mantenga y defienda sus criterios. Teniendo claro que la familia es una jerarquía de amor, para terminar con la receta de la comunicación en la familia debemos escuchar más y hablar menos, comprender a los demás y expresarnos con cariño y afecto.
La comunicación es el corazón de la familia, porque permite la circulación de las expresiones, de las necesidades y de cada uno es. Cuando se interrumpe, la familia se debilita y puede desaparecer.
Como familia es importante entender que tantos los roles maternos y paternos se ejercitan como actos de comunicación, esto implica reconocer que los niños y niñas desde que nacen para estar bien no necesitan tan solo alimentos y juguetes, lo que más necesitan y exigen es que sus cuidadores se comuniquen, les hablen, les quieran y se conecten con sus necesidades.
La comunicación en familia tiene un sentido preventivo frente a potenciales riesgos, si se mantiene un clima de confianza y de apertura al dialogo es frecuentes que los hijos e hijas aborden con oportunidad y sinceridad inquietudes, problemáticas o dificultades.